En artículos anteriores hablamos sobre el Quiet quitting, o renuncia silenciosa, donde un empleado dejaba de hacer más, por considerar una remuneración poco adecuada e inclusive un tanto injusta.
Entonces, ¿Por qué la renuncia silenciosa y el abandono de los empleos se está convirtiendo cada vez más un problema para las empresas? En este artículo te expondremos algunas de las razones más frecuentes para que el talento de tu empresa se vaya.
El jefe es un tirano.
Ser un buen líder no es sencillo y menos un jefe. Por esto, una mala gestión del capital humano puede traer consecuencias en la productividad de la empresa. Los trabajadores y el talento abandonan las empresas por culpa de jefes que no causan una buena primera impresión o incluso que se muestran rencorosos, agresivos, violentos y muchas veces no valoran a los colaboradores.
Políticas internas injustas, inexistentes o poco claras.
Los colaboradores jóvenes, como millennials y generación Z, prefieren las cosas claras dentro de las organizaciones y sobre todo que vean que le otorgan valor al esfuerzo con un premio o gratificación.
Muchas personas creen que laboran arduamente; sin embargo, este esfuerzo extra no se ve recompensado de manea justa. Pero decir “buen trabajo” ya no es suficiente. Como lo comentamos anteriormente, el salario emocional, muchas veces, es más aceptado que un solo reconocimiento.
Por eso, como empresa debes tener en claro cuáles son las políticas internas, encargarte de ofrecer ayuda para que se cumplan y que todos los empleados las entiendan para un clima laboral óptimo. Recuerda que un curriculum profesional y experiencial debe ser la mejor forma de progresar y no valorar cosas extrañas.
Falta de autonomía.
La gestión del capital ha cambiado en los últimos años, sobre todo para darle más autonomía a los colaboradores a la hora de toma de decisiones. Con la contingencia los trabajadores quieren su tiempo para pensar y decidir las cosas, ser autónomos en lo que hagan en su día a día.
Gran cantidad de empleados quiere influir, tomar decisiones desde su punto de experiencia, resolver problemas y una mayor participación en los proyectos, sin embargo, muchas instituciones no lo permiten.
Uno de los beneficios de otorgar autonomía a nuestro talento es que pueden desarrollar habilidades de gestión, obtener más experiencia y tener más responsabilidad, aptitudes necesarias para formar futuros líderes dentro de nuestra organización.
La empresa se hunde.
Nadie quiere estar en un barco que se está hundiendo. Los trabajadores lo perciben y esta es otra razón por la gran cantidad de renuncias que está teniendo las empresas.