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Dejar el trabajo actual tras recibir una oferta laboral con mejores condiciones puede parecer un sueño pero lo puedes lograr. Estando en un mercado laboral activo es más fácil encontrar un nuevo trabajo pero a veces el proceso puede resultar complicado y tedioso.
Buscar empleo mientras estás empleado puede sentirse un poco como ser “infiel”: escabullirte para atender llamadas telefónicas e inventar excusas para ir a entrevistas. Para no sentirte acorralado, establece límites; la búsqueda de empleo puede apoderarse de tu vida, así que es útil designar un momento específico.
Realizaste las entrevistas con éxito y conseguiste el nuevo trabajo. Ahora tienes que cerrar el ciclo en tu antiguo trabajo, pero, ¿por dónde empezar? por tu jefe, debe ser el primero en enterarse de tu decisión.
Con diplomacia exprésale por qué te vas, sé honesto y aprovecha el momento para exponer tu punto de vista de una manera inteligente. También pon en claro las condiciones de tu renuncia, cuántos días más trabajarás, cuáles son las tareas pendientes por entregar, qué conceptos incluirán tu finiquito, etcétera.
Todas nuestras experiencias laborales tienen un lado positivo y otro negativo pero es muy importante dejar nuestro empleo dando las gracias, porque habrá algo que nos haya sido de utilidad como aprendizajes nuevos, experiencia obtenida o referencias laborales. Una vez establecida la fecha de la presentación de tu renuncia, anuncia tu último día y ofrécete para ayudar en todo lo necesario para que tu partida no sea un problema.
El protocolo indica que lo ideal es avisar con un mínimo de dos semanas de anticipación, pero hay posiciones en las cuales la carga de trabajo puede demandar más tiempo. Tómalo en cuenta.
Ofrécete a capacitar a alguien más, dependiendo de la negociación que hagas en tu nuevo empleo lo ideal es tener tiempo de capacitar a otra persona sobre las actividades que dominas, de ese modo tu ausencia no afectará el ritmo de trabajo.
Entregar tu puesto con responsabilidad no solo protege tu carrera, sino también tu reputación. Nadie ofrecerá buenas referencias sobre tu trabajo si al irte de una empresa dejas tareas inconclusas o problemas no atendidos. Asegúrate de entregar tu puesto sin olvidar algún asunto que pueda generar un problema más adelante.
No bajes tu rendimiento durante los últimos días, deja siempre una buena impresión para que, posteriormente tus jefes puedan entregar una buena recomendación laboral en caso de que la necesites.
Ser diplomáticos en nuestra vida laboral siempre nos traerá beneficios y, por el contrario, abandonar un empleo “a la mala” tiene consecuencias que más tarde lamentaremos. Por otro lado, es posible que te sientas bien en tu empleo pero que tengas buenas razones para dejarlo y seguramente querrás dejar las puertas abiertas.
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