¿Procrastinar o no procrastinar? Ese es el dilema. Esta actividad (o falta de acción) es uno de los problemas más comunes al cual un empleado se enfrenta y es que todos estamos acostumbrados o buscamos esa recompensa inmediata, esa actividad no tan complica o laboriosa en la que sí podemos trabajar, pero al final del día resulta no ser tan productiva.
Algunas veces puede ser que procrastinamos de maner inconsciente, pero en otras ocasiones sabemos que postergamos ese determinada tarea porque nos resulta compleja o desagradable. Por esto esta es la guía definitiva para cortar por lo sano a la procrastinación en la oficina.
- Reconocer que dejas las cosas para “después”. Aceptar que procrastinamos es importante para tomar acción, ya que podemos analizar la principal causa u origen de nuestra postergación de actividades.
- Da el primer paso. Este paso es el más significativo, debido a que lo más difícil es empezar, pero una vez que inicias, te darás cuenta de que estás más cerca de terminar esa actividad. Podrás seguir avanzando y te dará la motivación extra que necesitas para cumplir.
- Ponte un plazo realista. Decir que vas a hacer un reporte en una hora, podría no apegarse a la realidad. Por esto, es necesario que te apegues a la realidad de cómo y en cuánto tiempo puedes lograr ciertas tareas. Puedes utilizar la técnica de pomodoro si así lo necesitas.
- Quédate a solas con la tarea. Platicar junto al garrafón de la oficina no te ayudará a terminar tus pendientes, mejor quédate en un lugar ideal para ti o para tu trabajo y comienza con pequeñas tareas. Destina pequeños tiempos para convivir con las personas que te rodean, de esta forma avanzarás con tus pendientes y socializarás.
- Comienza con tareas pequeñas. Es posible crear la planeación de todo un año si lo divides en pequeñas actividades que sean sencillas, coherentes con el tiempo, pero sobre todo realistas. Sino sabes por dónde iniciar, puedes buscar ayuda de tus compañeros o jefe directo e incluso buscar un coaching para lograr tus objetivos.
- Concéntrate y evita las interrupciones. Como lo mencionamos en artículos anteriores, ya sea en casa o en la oficina, pide que no te interrumpan. Hay tiempo para todo, pero es necesario que prestes tu 100% de atención a lo que estás realizando.
Aplica los consejos que te acabamos de dar si respondes a más de una con un “Sí”:
- “El mañana”, “después” y “al rato”, son términos habituales en tu vocabulario de todos los días.
- Te autoregañas porque no terminas con las tareas.
- Paralizas tareas por exceso de análisis o peor aún, iniciar con otras tareas que no te ayudan en tu trabajo, cómo revisar correos, navegar por internet o estar en tus redes sociales.
- El procesos de preparativos se hace eterno y nunca acabas a tiempo tus pendientes.