Delegar responsabilidades no es fácil, sobre todo cuando se trata de tareas que demandan tiempo y esfuerzo para que la compañía sea exitosa. Pero hacerlo tiene grandes beneficios, como:
Tendrás más tiempo para lo que necesitas poner atención.
Menos estrés por la tranquilidad de tener tu gestión administrativa al día.
Ahorrarás tiempo y recursos ya que todos los colaboradores están trabajando en las actividades que tú puedes delegar.
- Escoge la tarea. Aquellas que no supongan decisiones importantes, supervisión que tengan que ver con nuestro perfil profesional. Es decir, actividades como tener los reportes actualizados, puede ser una tarea que puedes delegar a un asistente o colaborador.
- Designa a la persona adecuada. Si bien, como lo comentamos en el punto anterior, delegar una tarea sencilla y sin un alto grado de toma de decisión, es importante saber a qué persona le puedes asignar dicha tarea, saber sus habilidades y destrezas es importante para que lo consideres, esto facilita la integración y colaboración del equipo. Por ejemplo, traducir un documento sería una tarea fácil para aquel colaborador que maneje bien el idioma que se necesita a diferencia a que alguien que no lo habla.
- Ten un propósito. Detallar la importancia de lo que estás delegando promueve el compromiso de los participantes. Convoca a los integrantes apropiados y ofrecerles la información necesaria para realizar las tareas.
- Transfiere la tarea adecuadamente. Comunicarlo convenientemente, describir la tarea y ser conciso a la hora de enseñar y guiar al equipo, es parte fundamental y necesaria para delegar la tarea. Además de ofrecer apoyo y pedir compromiso.
- Facilita las herramientas necesarias. Tu equipo hará lo mejor que pueda cuando tenga las herramientas necesarias. Tu tarea como líder será facilitar las herramientas para el cumplimiento de los objetivos.
- Determina una fecha en la que se entrega la tarea asignada. El plazo del cumplimiento de una tarea es muy importante ya que será el indicador que acelerará el proceso.
- Controla y evalúa. Cuando hagas un seguimiento de la tarea, recuerda felicitar los logros y comunicar de los posibles errores, además de reforzar lo que haga falta y promover la autoevaluación. No olvides dar las gracias a las personas que te apoyaron. Establecer un método de seguimiento también te ayudará con la supervisión, puedes determinarlo por etapas, la recomendación es de 2 a 3 para permitir que tu equipo te sorprenda con caminos alternativos.
Como ves, delegar una tarea puede ser un proceso sencillo si está bien estructurado para hacerlo.