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Cuando pensamos en un jefe casi siempre viene a nuestra mente la imagen de un individuo autoritario, quien manda y siempre tiene la razón, quien solo maneja un equipo de trabajo sin la mínima colaboración y espera lograr los resultados planteados, para que –en caso de tener un mando superior– pueda presentar una imagen respetable por alcanzar sus objetivos a pesar de su falta de respeto por los que están debajo en la jerarquía de poder.
Este tipo de “jefes” tienden a descargar su frustración e irritación en las personas que los rodean y los hacen sentirse mal consigo mismos. Los jefes tóxicos no tienen problemas para regañar a alguien en público y lo hacen regularmente.
Este tipo de actitudes generan un sentimiento que puede equipararse a la exclusión social y crear un ambiente tenso que impida la producción orgánica dentro de la empresa.
Existen algunas características negativas que tienen algunos jefes de acuerdo con los empleados como el micromanaging –la tendencia a querer controlarlo todo–. Tampoco se involucran en los procesos: quienes están a cargo desconocen los procedimientos que se deben llevar a cabo para alcanzar los resultados y les resulta fácil exigir sin saber a ciencia cierta cuáles son las implicaciones de ello.
Un jefe tóxico no reconoce el esfuerzo de sus subordinados y esa es la forma más segura de desmotivarlos. Siempre quieren tener la razón: no son capaces de pedir opinión a los demás y de aceptar críticas y/o sugerencias, lo más probable es que sus empleados se abstengan de proponer y de ser proactivos.
Otra actitud que tienen es que no comparten información relevante con sus empleados y tratan las decisiones importantes de la empresa como si fueran un secreto. Tampoco reconocen sus errores, quienes dominan su campo son respetados pero los empleados confiarán no sólo en los líderes que sean inteligentes sino también en los que puedan reconocer sus errores frente a los demás.
Sólo se interesan por los resultados y se enfocan demasiado en los logros sin preocuparse por la experiencia de los empleados lo cual puede resultar bastante perjudicial. Para que un empleo resulte beneficioso tanto para la empresa como para los trabajadores, es preciso que se tomen en cuenta los resultados pero también los medios para llegar a ellos.
¿Qué puedes hacer para sobrellevar la relación laboral con un jefe tóxico?
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