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¿Sabes que existen diferentes tipos de liderazgo dentro de una empresa? Seguramente ya conocerás o tendrás contacto con más de uno, pero ¿Haz escuchado hablar del liderazgo situacional?
Como líder, quizá has encontrado a tus colaboradores en alguna de estas situaciones:
El principiante entusiasta, lo puedes reconocer como aquel colaborador que tiene baja competencia pero un alto compromiso.
El aprendiz desilusionado, baja o alguna competencia, pero bajo compromiso con las responsabilidades dentro de la empresa.
El cauteloso, moderada o alta competencia, pero su compromiso es variable, depende de qué tan motivado está o si ha tenido un buen día o no.
El autónomo, es el colaborador que tiene alta competencia y alto compromiso, es el estrella dentro del grupo y con la persona que puedes contar para llegar a los objetivos.
¿Te has preguntado qué hacer y cómo actuar en estos casos? El liderazgo situacional tiene la respuesta. Mediante la adaptación de cuatro estilos de liderazgo podrás desarrollar lo mejor de tus colaboradores es como verás a continuación:
Para el principiante entusiasta, debes dar órdenes o instrucciones claras y precisas para que se realicen, es necesario supervisar el trabajo, fijar tiempos de entrega, enseñar y verificar las actividades ya entregadas. De esta forma puedes aprovechar su alto compromiso y mejorar su baja competencia.
Para el aprendiz desilusionado, es necesario persuadir, buscar algo para reconocer las metas, consulta y escucha a estos colaboradores, explica los porqués, toma la decisión final.
Un colaborador cauteloso, busca que participe, comparte opiniones, escucha y estimula la participación, promueve las sugerencias y buenas ideas que pueda mejorar el ambiente laboral, ayuda en la toma de decisiones.
Para un trabajador autónomo, es necesario delegar responsabilidades e incluso ceder el liderazgo, da seguimiento a otras actividades y lo más importante desafía los conocimientos y traslada la toma de decisiones para mejorar la organización y distribución del trabajo.
Un buen líder es el que mejor adapta su estilo de liderazgo a las necesidades o nivel de madurez para cada tarea o para cada ámbito de tareas de cada uno de sus colaboradores.
Es importante que como líder sepas que un colaborador a lo largo de su trayectoria en una tarea o ámbito de tareas, pasa de un nivel de madurez a otro que incluso retrocede en el mismo, por lo que es necesario que estés cerca de tu gente y seas empático con ellos.
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